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Alimentación

Una alimentación rica en flavonoles disminuye el riesgo de deterioro cognitivo

Un nuevo estudio ha determinado que un plan de alimentación puede ser clave para un buen funcionamiento de la memoria. 

Por Kimberly Salazar

Una mejor alimentación beneficia tu salud(PEXELS)

Una mejor alimentación beneficia tu salud | PEXELS

Algunos olvidos pueden ser parte normal del envejecimiento. Sin embargo, algunas personas tienen más problemas de memoria que otras de su misma edad. El deterioro cognitivo provoca cambios que son lo suficientemente graves como para ser notados por la persona afectada y por los familiares y amigos.

Sin embargo, un nuevo estudio ha determinado que un plan de alimentación puede ser clave para ayudar a tener un buen funcionamiento de la memoria. Comer más flavonoles, antioxidantes presentes en muchas verduras, frutas, té y vino, puede desacelerar el ritmo de pérdida de memoria, según los investigadores.

"Es emocionante que nuestro estudio demuestre que la elección de una dieta específica puede conducir a una tasa más lenta de deterioro cognitivo", dijo el autor del estudio, el Dr. Thomas Holland, instructor en el Departamento de Medicina interna del Centro Médico de la Universidad Rush de Chicago, en un comunicado.

 
 "Algo tan sencillo como comer más frutas y verduras y beber más té es una forma fácil de que la gente tome un papel activo en el mantenimiento de su salud cerebral".

Una dieta rica en flavonoles

El equipo de investigación estudió a 961 estadounidenses de entre 70 y 80 años durante un promedio de siete años. Los puntajes cognitivos de las personas que tenían la mayor ingesta de flavonoles, disminuyeron un 40% más lentamente en comparación de aquellos que consumen en menor cantidad.

El equipo dividió los flavonoles en cinco tipos diferentes: kaempferol, isorhamnetina, miricetina, quercetina e isorhamnetina. El kaempferol, que abunda en las verduras de hoja verde, la col rizada y el té, tuvo el mayor beneficio, seguido de la miricetina, que abunda en el vino tinto.

Por otro lado, la quercetina, también en el té y la col rizada, así como en los tomates y las manzanas, ocupó el tercer lugar. La isorhamnetina, que se encuentra en el aceite de oliva, no tuvo efecto. Los resultados se mantuvieron constantes después de tener en cuenta otros factores como la edad, el sexo y el historial de tabaquismo.

El estudio publicado en la revista Neurology, piensa que el fenómeno se debe a las “propiedades antioxidantes y antiinflamatorias inherentes de los flavonoles. Algo tan simple como comer más frutas y verduras y beber más té es una manera fácil para que las personas desempeñen un papel activo en el mantenimiento de la salud de su cerebro”, explicó Holland.
 

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