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Bienestar y Belleza

Tomar siestas regulares podría preservar la salud cerebral, según estudio

  Este estudio muestra resultados prometedores y sugiere que todos podrían experimentar beneficios de la siesta.

Por Kimberly Salazar

Investigadores encontraron que las siestas diurnas podrían proteger contra la neurodegeneración al compensar la falta de sueño.(Jamie Street)

Investigadores encontraron que las siestas diurnas podrían proteger contra la neurodegeneración al compensar la falta de sueño. | Jamie Street

De acuerdo con un estudio realizado por la University College London y la Universidad de la República en Uruguay tomar siestas constates podría ser considerado beneficioso para la salud cerebral, lo cual ayudaría a mantenerlo más grande durante más tiempo.

"Estamos sugiriendo que todo el mundo podría experimentar algún beneficio de la siesta", dijo la Dra. Victoria Garfield a la BBC , y agregó que los hallazgos son "muy nuevos y muy emocionantes".

Según el estudio, las siestas diurnas pueden preservar la salud del cerebro y disminuir la velocidad a la que el cerebro se encoge. Para llegar a la conclusión, los científicos analizaron datos de participantes de entre 40 y 69 años. El estudio fue publicado en la revista Sleep Health .

 

Los investigadores sugieren que una siesta de menos de 30 minutos puede ser beneficiosa FOTO:Vladislav Muslakov
Los investigadores sugieren que una siesta de menos de 30 minutos puede ser beneficiosa FOTO:Vladislav Muslakov

Recomiendan siestas menores a 30 minutos

La siesta es considerada vital para el desarrollo infantil, sin embargo a medida que envejecemos tiende a disminuir. No obstante, después de la jubilación, alrededor del 27% de las personas mayores de 65 años duermen la siesta durante el día. 

Aunque el impacto de la siesta en la prevención de enfermedades como el Alzheimer aún no está claro y se necesita más investigación, mantener una buena salud cerebral es crucial para protegerse contra la demencia, que se ha asociado con la mala calidad del sueño.

Además, los investigadores demostraron que los cerebros de las personas que dormían la siesta eran en promedio 15 centímetros cúbicos más grandes que los que no lo hacían. Esto equivale a retrasar el envejecimiento entre tres y seis años.

Si bien el estudio no examinó directamente la duración óptima de las siestas, los investigadores sugieren que una siesta de menos de 30 minutos puede ser beneficiosa, mientras que las siestas más largas pueden tener efectos negativos, interrumpir el sueño nocturno  y causar somnolencia diurna severa.
 

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