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Bienestar y Belleza

Mujeres que duermen menos de 5 horas tienen más riesgo de obesidad: Estudio

Estudios han demostrado que no dormir las horas suficientes puede traer consecuencias a la salud física y mental. 

 

Mundo Sano

Dormir pocas horas puede traer consecuencias a la salud física y mental de las personas.(Pixabay)

Dormir pocas horas puede traer consecuencias a la salud física y mental de las personas. | Pixabay

Diversos estudios se han dado a la tarea de demostrar las consecuencias que dormir poco puede traer a la salud física y mental. 

Se ha demostrado que no dormir las horas suficientes puede tener un gran impacto en el peso de las personas, esto significa que quienes tienen pocas horas de sueño presentan más riesgo de padecer obesidad

Un ejemplo de ello fue el Nurse's Health Study, una investigación que siguió a alrededor de 70 mil mujeres durante 16 años. Se les preguntaba por sus hábitos de sueño, la alimentación que seguían, su peso y otros aspectos de su estilo de vida. 

El estudio mostró que al inicio todas estaban sanas y ninguna padecía obesidad, sin embargo, conforme pasaba el tiempo, las mujeres que dormían 5 horas o menos presentaron un 15% más de riesgo de ser obesas, en comparación con quienes dormían 7 horas.

Estudios han demostrado que dormir pocas horas puede influir en el aumento de peso. Foto: Pixabay

 

COMER TARDE Y DORMIR POCO

Especialistas han demostrado que comer tarde y dormir pocas horas tienen relación con el peso corporal. 

En un reportaje realizado por EFE, la catedrática de Fisiología de la Universidad de Murcia, Marta Garaulet, explicó habían demostrado que hay un ritmo diario en la microbiota, lo que quiere decir que la diversidad de las bacterias cambia a lo largo del día y la noche y que mientras haya mayor diversidad, habrá mejor salud. 

Un cambio de ritmo que se observó en un estudio, publicado en la revista científica The Faseb Journal, centrado en diez mujeres, de 22-23 años y de constitución delgada, que comieron lo mismo, pero una semana a las 14:00 y otra semana a las 17:30 horas.

Este estudio, que contó con la participación de los equipos de Garaulet en la Universidad de Murcia y del investigador Frank Scheer de la Universidad de Harvard, mostró que se invierte completamente el patrón del ritmo de las bacterias que, “en solo una semana, se adaptan en su composición, diversidad y abundancia en función de la hora de la comida cambiando así su ritmo”, según la especialista.

Ese cambio en la hora de comer de una semana a otra puede tener sus consecuencias fisiológicas en las personas.

Los ritmos que se asocian a comer tarde son más obesogénicos, más inflamatorios. Y, además, podría explicar en parte por qué cuando las personas comen tarde pierden menos peso en un tratamiento dietético”.

Y sobre todo se observa en las bacterias orales. La saliva es importante porque con ella tragamos millones de bacterias que colonizan el intestino.

“Se ha demostrado, según un estudio publicado en “Science”, que esas bacterias orales que tragamos influyen de forma importante en la inflamación del intestino y en enfermedades como la de Crohn”, indicó Marta Garaulet.

“De esta manera estamos explicando por qué comer tarde en la comida principal, en la del mediodía, que supone un 45% de la energía del día, es una entrada masiva de energía y la bacteria se adapta y esa adaptación, cuando es muy tarde, puede asociarse con problemas metabólicos”.

DORMIR POCAS HORAS

“Actualmente dormimos unas 6 horas y media frente a las 9 horas de sueño de los años 70”, advirtió, cuyo equipo de investigación también colabora con la la Universidad de Harvard, en varios estudios relacionados con el sueño.

Dormir poco se asocia con mayor riesgo de obesidad al afectar al ritmo circadiano (el ciclo del día y la noche) de nuestro organismo.

“Las ocho horas sigue siendo el estándar medio para dormir y tener un buen estado metabólico”, explicó la experta en crononutrición, la disciplina que estudia los ritmos biológicos de los seres vivos y su relación con la alimentación.

Para estudiar cómo incide el sueño en nuestro metabolismo, el equipo de Garaulet ha analizado el tejido adiposo humano, la grasa, que cultivan en una placa y observan como varía el ritmo de la insulina a lo largo del día y la noche. La insulina es una hormona que interviene en los procesos metabólicos y, principalmente, en el metabolismo de los carbohidratos.

 

Un ritmo diario amplio, que sube y baja, es un ritmo saludable y se asocia a menos obesidad y a más salud. Pero hemos observado que ese ritmo se aplana, disminuye, se estropea al dormir poco o cuando nos acostamos muy tarde ”.

Garaulet concluye: “Aquellos que duermen nueve horas tienen el ritmo de insulina con más amplitud, más saludable que los que duermen menos horas, lo que a la larga puede influir en que se tenga menos propensión a sufrir diabetes”.

Por tanto, la corta duración del sueño se asocia con un mal ritmo circadiano y con problemas metabólicos y propensión a la obesidad, afirma la investigadora.

 

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