Placentofagia: ¿Es seguro comerse la placenta después del parto?
A la placentofagia, la conducta de comer la placenta luego de dar a luz, se le han atribuido beneficios para la salud, pero ¿realmente es así?
La preparación más común de la placenta es la creación de una cápsula. | Pixabay
Comer la placenta luego de dar a luz, llamada placentofagia, se ha convertido en una prática popular en los últimos años debido a los beneficios que le han atribuido.
Sin embargo, especialistas de Clínica Mayo señalan que comer la placenta después del parto puede ser perjudicial tanto para la madre como para su bebé.
La institución estadounidense explica que la placenta es un órgano intrincado que nutre al feto en crecimiento mediante el intercambio de nutrientes y oxígeno y la filtración de productos de desecho a través del cordón umbilical.
La preparación más común de la placenta es la creación de una cápsula, la cual se elabora vaporizando y deshidratando la placenta o procesando la placenta cruda. También se sabe que hay quienes la comen cruda, cocida o en batidos o extractos líquidos.
Clínica Mayo apunta que dichas preparaciones no eliminan por completo las bacterias y virus infecciosos que podría contener la placenta.
Incluso los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) emitieron una advertencia en contra de tomar cápsulas de placenta debido a un caso en el cual un recién nacido presentó estreptococo del grupo B luego de que la madre consumió píldoras de placenta que contenían estreptococo del grupo B y amamantó al bebé.
Según los CDC, se considera que la leche materna estaba infectada por la bacteria estreptococo del grupo B que la madre adquirió al ingerir su placenta infectada. El estreptococo del grupo B puede causar enfermedades graves en los recién nacidos.
Aunque hay quienes afirman que la placentofagia puede ayudar a:
- Prevenir la depresión postparto
- Disminuir el sangrado postparto
- Mejorar el estado de ánimo
- Incrementar energía
- Aumentar el suministro de leche
Es importante mencionar que no hay pruebas de que comer la placenta realmente aporte beneficios a la salud, por lo que puede ser perjudicial para ti y tu bebé.
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