¿Niños demasiado obedientes? Expertas explican por qué el exceso de obediencia no es buena
El niño que no cuestionada nada y obedece a todo es el que más preocupa a los psicólogos, según académicas.
Los niños demasiado obedientes pueden tener dificultades para ser flexibles. | Freepik
La profesora colaboradora de Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) afirmó que el niño o adolescente que más preocupa a los psicólogos es el niño asintomático, que no cuestionada nada y obedece a todas las indicaciones.
La experta mencionó que se asocia el portarse bien con obedecer y portarse mal con desobedecer, porque “aplicamos en los niños el criterio moral de los adultos”.
Por otro lado, Paula Morales, también profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC señaló que al igual que los niños siguen un desarrollo cognitivo o motor (hay una edad para hablar, para andar, etcétera), "los conceptos del bien y el mal no se asocian correctamente hasta aproximadamente los doce años".
NORMAS AUTORITARIAS LIMITAN A NIÑOS
La académica agregó que las pautas educativas excesivamente autoritarias limitan la habilidad del niño o la niña para ser flexible, tener iniciativa, pensar, desarrollar una capacidad crítica.
Entonces, ¿por qué obedecen los niños antes de esa edad si no saben bien por qué lo hacen? "Lo hacen respondiendo al método de castigo y recompensa", indicó Pérez, quien aseveró que "hacen las cosas para evitar castigos o para recibir premios".
Una de las principales variables de los niños y niñas con respecto a su relación con los adultos, tal como indican en su protocolo de codificación de preocupaciones, es "que los adultos mandan".
De tal manera que hay que distinguir entre la obediencia a unas normas para evitar peligros y la obediencia ciega a los patrones impuestos por el adulto. Un ejemplo de las primeras reglas es pedirle al menor que pare y no cruce la calle.
RIESGOS DEL EXCESO DE OBEDIENCIA
Sin embargo, el exceso de autoridad por parte de los mayores puede marcar al adulto que será algún día.
Paula Morales explicó:
De manera general, más de la mitad de los problemas psicológicos del adulto se inician en la infancia y en la adolescencia. No me refiero solo a la influencia del estilo educativo, pero a veces no somos conscientes de lo importante que es acompañar para desarrollar diferentes habilidades en esta etapa".
De ahí que un niño demasiado obediente llegue a preocupar a los psicólogos, como indica Pérez: "tiene que ver con un exceso de contención que en algún momento va a estallar".
La obediencia en exceso puede esconder problemas graves, pues lo que puede haber detrás es miedo y fuera de ese entorno autoritario, esos niños muestras una conducta descontrolada e impide que el menor se autorregule.
"Cuando educamos en positivo debemos pensar en una pirámide: en la base, los padres refuerzan la autonomía, la comunicación y la gestión de las emociones. Así vamos a encontrar herramientas para resolver los conflictos", indicó Morales.
Según Pérez, lo mejor es darle la oportunidad a los niños de que manifiesten su voluntad y de validar si lo que dicen es aceptable o no.
La académica también recomendó no centrar la conversación hacia lo bien o mal que se ha portado, sino hacia los hechos, porque portarse bien o mal es un juicio moral de los adultos.
Asimismo, es esencial pasar tiempo de calidad con ellos y prestar atención a sus necesidades, escucharlos y tomar en cuenta sus opiniones.
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