Cuando tu estrés llega al límite puedes sufrir de una parálisis facial
La parálisis facial puede originarse por diversos factores entre ellos la hinchazón de un nervio facial, un accidente cerebrovascular o por tumores cerebrales.
Altos niveles de estrés pueden desencadenar una parálisis facial
Cuando alguien tiene páralisis facial la persona no es capaz de mover algunos o ningún músculo en uno o ambos lados de la cara. En el caso de personas sanas se debe a la parálisis de Bell, una afección en la cual el nervio facial resulta inflamado.
Hay recién nacidos que pueden tener parálisis facial y puede ser por traumatismo durante el nacimiento. Sin embargo el estrés también entra en esta lista de las posibles causas.
Según el Centro Médico Especializado OSI en Perú, el estrés suele ser uno de los detonantes más recurrentes. Cuando ocurre sus principales síntomas inician con leve debilidad en una parte de la cara, dificultad para hacer expresiones, pérdida del gusto, entre otros.
Los síntomas de estrés pueden afectar tu cuerpo, pensamientos y sentimientos y tu comportamiento.
Ser capaz de reconocer los síntomas comunes de estrés puede ayudarte a controlarlos. Así que debes tener cuidado porque el estrés no solo puede traerte como consecuencia una parálisis facial sino contribuir con la presión arterial alta, enfermedades cardíacas, obesidad y la diabetes.
Hay dos tipos de parálisis que va en función si el nervio facial se ha visto afectado directa o indirectamente:
Parálisis facial periférica: Se da cuando la lesión afecta al nervio facial y se manifiesta en los músculos de la cara, sobre todo en el mismo lado donde está la lesión. La más habitual es la parálisis periférica idiopática, primaria o de Bell.
Parálisis facial central. Afecta a las fibras que unen la corteza cerebral con el nervio facial. Afecta a músculos de la parte inferior de la cara en el lado contrario a donde está la lesión y no suele tener consecuencias sobre el sistema visual.
Según la Clinica Baviera, el diagnóstico de la parálisis lo puede realizar un neurólogo o el otorrinolaringólogo luego que el paciente haya sido revisado en urgencias.
Para saber más a detalle lo ocurrido se procederán a realizar varias pruebas para medir la afectación del nervio facial, auditivas, de salivación, test de Schimer, para medir la cantidad de lágrimas que producen ambos ojos, estudios radiológico o una resonancia magnética.
Con información de Mayo Clinic
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