Señales de advertencia de que tu hijo puede tener algún problema de visión

Si los ojos de tu hijo empiezan a desviarse consulta al médico de inmediato.(Pixabay) — Si los ojos de tu hijo empiezan a desviarse consulta al médico de inmediato. | Pixabay

Las revisiones de los ojos en bebés y niños por parte del pediatra son muy importantes para poder detectar cualquier problema de la visión y así corregir a tiempo complicaciones que pudiera tener en un futuro.

La mayoría de los problemas que se identifican a una edad temprana tienen una mejor oportunidad de ser tratados con éxito.

¿Cuáles son las señales de advertencia de un problema de visión?

Bebés menores de 1 año: Los bebés mayores de 3 meses deben poder seguir o “rastrear” un objeto, como un juguete o una pelota, con sus ojos a medida que se mueve a través de su campo visual. Si su hijo no puede lograr el contacto visual fijo a esta edad o, al parecer, no puede ver, platícalo con el pediatra.
Antes de los 4 meses, la mayoría de los ojos de los bebés, en ocasiones, se ven desviados (estrabismo). Sin embargo, luego de los 4 meses de vida, cualquier movimiento del ojo hacia dentro o hacia fuera que ocurra de manera periódica es anormal y debes advertir al pediatra de tu bebé.
Edad preescolar: Si los ojos de tu hijo empiezan a desviarse consulta al médico de inmediato. Sin embargo, es posible que los problemas de la visión, como el ojo perezoso (ambliopía), no tengan señales de advertencia y que tu hijo no se queje de problemas de visión. Por lo tanto, en esta etapa es importante controlar la visión de tu hijo. Existen pruebas especiales para revisar la visión de su hijo aun si todavía no puede leer.
Todos los niños:

Si adviertes alguno de los siguientes síntomas, hazlo saber al médico de tu hijo:
Ojos desviados del alineamiento (parecen bizcos, giran hacia afuera o no enfocan juntos).
Color blanco o grisáceo en la pupila.
Ojos que se mueven rápidamente de un lado al otro o de arriba abajo.
El niño suele quejarse de dolores, comezón o malestar en los ojos.
Enrojecimiento en cualquiera de los ojos que no desaparece en algunos días.
Pus o una costra en cualquiera de los ojos.
Ojos que están siempre llorosos.
Párpados caídos.
Ojos que siempre son sensibles a la luz.