Hipertensión: Científicos estudian un posible tratamiento de tan sólo dos inyecciones al año
Hasta ahora, la aplicación de las vacunas ha mostrado seguridad y eficacia.
Estudian vacuna para la hipertensión | PEXELS
Investigadores han estado analizando la aplicación de dos inyecciones al año en personas hipertensas, con la intención de que los pacientes puedan recurrir a este tratamiento en lugar de tomar pastillas diarias. Hasta ahora, la aplicación de las vacunas ha mostrado seguridad y eficacia en un ensayo con 72 pacientes hipertensos.
"Los resultados de esta nueva bioterapia para la hipertensión son intrigantes y prometedores. La vacuna podría resultar muy útil en muchos pacientes", escriben los autores de un comentario que acompaña al estudio, ambos publicados en el último número de la revista 'The Lancet'.
Muchas personas hipertensas no cumplen con su tratamiento, lo cual podría derivar una discapacidad, una mala calidad de vida o incluso un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular letal, por lo cual una vacuna simplifica las cosas.
Dos o tres vacunas anuales
"La vacuna induce anticuerpos contra la angiotensina II e impide que ésta se una a sus receptores. Así que el modo de acción es bastante similar al de los fármacos convencionales, con la excepción de que la duración de la respuesta inmune de la vacuna está en torno a los cuatro meses, frente a las seis o 24 horas de los medicamentos", explica a El Mundo, Martin Bachmann, uno de los firmantes del trabajo. Por eso, calcula que bastarían dos o tres inyecciones anuales para mantener la tensión 'a raya'. "Parece realista", añade.
Además, Bachmann mencionó que durante el estudio se observó que la presión sanguínea parecía disminuir a primera hora de la mañana, un hallazgo importante, pues el experto dice que la mayoría de los infartos, accidentes cerebrovasculares, etc. se producen en este momento del día.
El ensayo con 72 pacientes hipertensos, les permitió reconocer la seguridad del tratamiento y algunos de los efectos secundarios, los cuales fueron transitorios y leves como el de cualquier otra vacuna, entre ellos síntomas similares a la gripe y fiebre según afirman los investigadores.
Los autores reconocen que tanto la eficacia como la seguridad de la vacuna tendrá que probarse en más estudios. Por lo que si todo va bien, Bachmann calcula que podría estar disponible en cuatro o cinco años.
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