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Enfermedades

Encuentran moléculas que podrían tratar el cáncer y enfermedades de la retina

Científicos mexicanos obtuvieron pequeñas moléculas a partir de la prolactina que podrían ser útiles en el tratamiento del cáncer y enfermedades de la retina. 

Comunicado

Este hallazgo realizado por científicos de la UNAM podría ser útil en el tratamiento contra el cáncer.(Cortesía)

Este hallazgo realizado por científicos de la UNAM podría ser útil en el tratamiento contra el cáncer. | Cortesía

Investigadores del Instituto de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) obtuvieron pequeñas moléculas a partir de la prolactina, una hormona con numerosas funciones, entre ellas la producción de leche en mamíferos, que podrían ayudar en el tratamiento del cáncer y enfermedades de la retina (retinopatías vasoproliferativas). 

A través de un comunicado, la institución informó que estas moléculas formadas por tres aminoácidos aislados de la vasoinhibina frenan el desarrollo de vasos sanguíneos. 

Conocidos como análosos, estos podrían ser útiles para el tratamiento contra la artritis reumatoide, una de las enfermedades que causa discapacidad en la edad adulta.

Los investigadores consideran que son necesarias más investigaciones. Foto: Cortesía

IMPLICACIONES CLÍNICAS

Según detallaron especialistas, este descubrimiento tiene implicaciones clínicas en enfermedades, como la diabetes y podría respresentar una importante aportación para la salud. 

La líder del proyecto, María del Carmen Clapp Jiménez L., mencionó que en el caso de México, este país se encuentra en uno de los primeros lugrares en incidencia de este padecimiento y 7 de cada 10 diabéticos llega a presentar algún grado de retinopatía diabética

Los análogos de la vasoinhibina desarrollados en este proyecto, son fáciles y baratos de producir, y mantienen la potencia completa de la vasoinhibina, pero tienen mayor estabilidad.

Asimismo cuentan con el respaldo de diversos estudios pre-clínicos y clínicos en modelos de laboratorio y pruebas con pacientes, en los que se demostró la eficacia de la vasoinhibina. Estos análogos se encuentran en el proceso de obtención de patente nacional e internacional.

INVESTIGACIÓN DE MÁS DE 30 AÑOS

La científica explicó que este descubrimiento culmina un estudio que se desarrolló por más de 30 años. 

Trabajamos con la prolactina que se asocia a la biología de la reproducción, porque uno de los primeros efectos que se le conocieron es la producción de leche. Sin embargo, el nombre le queda chico, porque es una hormona que tiene una gran diversidad de funciones en los vertebrados. Se considera que tiene una vida en la naturaleza de alrededor de 400 millones de años, mucho antes de que surgieran los mamíferos”.

Previamente, Clapp Jiménez L. y sus colaboradores descubrieron un nuevo efecto de la prolactina: Algunos de sus fragmentos, de diferentes tamaños (vasoinhibina), inhiben la formación de vasos sanguíneos, denominada angiogénesis.

Este hecho tiene perspectivas clínicas relevantes porque hay una gran cantidad de padecimientos de alto impacto que depende de una sobreproducción de vasos sanguíneos, como el cáncer. “Para que un tumor crezca y la enfermedad se disemine se requiere vascularización”.

Sin embargo, la académica detalló que encontraron una limitación importante que fue la difícil producción de vasoinhibinas. 

El equipo intentó producirlas por DNA recombinante y tuvieron éxito, sin embargo, había variabilidad en la producción y su eficacia era muy baja. Además, también 'cortaron' con enzimas una preparación pura de prolactina, pero su uso requería de grandes cantidades. 

Por ello, emplearon terapias génicas con vectores virales recombinantes en los que se insertó el gen que codifica para las vasoinhibinas y con eso lograron frenar el desarrollo de la retinopatía diabética en el ojo de ratas. 

Collar de 200 perlas

Juan Pablo Robles Álvarez, también investigador del INB, detalló que las proteínas son estructuras sumamente complejas; imaginemos, por ejemplo, que la prolactina es un collar de 200 perlas –es decir, aminoácidos– que está hecho “nudo”.

El especialista explicó que cuando se remueven algunas y solo quedan 123, una parte de la estructura previa del "collar" se mantiene, pero cambian sus efectos. Esto quiere decir que se vuelve anti-angiogénico, inhibe el crecimiento de los vasos sanguíneos y se convierte en una vasoinhibina. 

El joven investigador refirió que “es como tener una mandarina, quitarle un gajo y volver a cerrar la cáscara. Prácticamente eso es lo que está sucediendo en la prolactina: cuando quitamos un ‘gajo’, la molécula se cierra otra vez y justo ahí es donde se presentan los cambios”. Queda una cicatriz.

Añadió que esto les hizo pensar que ahí podría haber algo que tuviera la actividad de la molécula "nueva", la vasoinhibina y luego, con otras ténicas y con base en diversos reportes, diseccionaron aún más y en lugar de trabajar con 123 aminoácidos, analizaron "pedazos" que tenían un tamaño menor, es decir, de siete a 14 "perlas". 

El equipo continuó estudiando hasta que entendieron que de los 123 aminoácidos, solamente tres le dan la actividad a la vasoinhibina, y "lo más impresionante de todo es que si sacas tres perlas del collar, sigue funcionando". 

De tal forma se produjo el doble hallazgo del oligopéptido y sus ventajas:

  • Mantiene su potencia
  • Es fácil de producir
  • Barato
  • Potente
  • Estable 
  • Se puede aplicar en modelos animales para estudiar enfermedades o realizar experimentos

SOLICITAN PATENTE

La líder de la investigación informó que dedicieron solicitar la patente nacional, que obtuvo el tercer lugar del Programa para el Fomento al Patentamiento y la Innovación 2019, tras los resultados que obtuvieron y debido a la potencialidad de los oligopéptidos. 

La académica recalcó que su deseo es que se conviertan en un tratamiento que llegue a la población y para ello se necesitan más estudios, así como que una farmacéutica muestre interés en esta tecnología y apoyar la continuación de la investigación en su fase de pruebas clínicas. 

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