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Enfermedades

El cerebro y los riñones, órganos que se ven comprometidos cuando sufres de hipertensión

La hipertensión arterial es una enfermedad silenciosa que si no es controlada a tiempo puede traer graves consecuencias para tu salud.

Mundo Sano

 Esto puede traer como consecuencia un infarto de miocardio, ensanchamiento del corazón y una insuficiencia cardíaca. (Pixabay.)

 Esto puede traer como consecuencia un infarto de miocardio, ensanchamiento del corazón y una insuficiencia cardíaca.  | Pixabay.

La hipertensión arterial es una enfermedad silenciosa que si no es controlada a tiempo puede traer graves consecuencias para tu salud.

Algunas personas con solo modificar su modo de vida pueden controlar este problema como abandonar el consumo de tabaco, adoptar una dieta saludable, hacer ejercicio con asiduidad y evitar el uso nocivo del alcohol.

Cuanto más alta es la tensión arterial, el riesgo para el corazón es mucho mayor y los vasos sanguíneos de órganos principales como el cerebro y los riñones.

 Esto puede traer como consecuencia un infarto de miocardio, ensanchamiento del corazón y una insuficiencia cardíaca. 

Los vasos sanguíneos pueden desarrollar protuberancias llamadas aneurismas que lo vuelven más susceptible en obstruirse y romperse.

La tensión arterial puede ocasionar que la sangre se filtre en el cerebro y provocar un accidente cerebrovascular. También provoca deficiencia renal, ceguera y deterioro cognitivo.

Es importante hacerse revisiones periódicas de la cantidad de azúcar y de colesterol en sangre y del nivel de albúmina en la orina.

Algunos consejos son: 

Dieta saludable:
Promover un modo de vida saludable, haciendo hincapié en una nutrición adecuada de niños y jóvenes.
Reducir la ingesta de sal a menos de 5 g al día algo menos de una cucharilla de café al día.
Comer cinco porciones de fruta y verdura al día.
Reducir la ingesta total de grasas, en especial las saturadas.
Evitar el uso nocivo del alcohol, esto es, limitar su ingesta a no más de una bebida estándar al día.
Realizar actividad física de forma regular y promover la actividad física entre los niños y los jóvenes (al menos 30 minutos al día).
Mantener un peso normal: cada pérdida de 5 kg de exceso de peso puede reducir la tensión arterial sistólica entre 2 y 10 puntos.
Abandonar el consumo de tabaco y la exposición a los productos de tabaco.
Gestionar el estrés de una forma saludable, por ejemplo mediante meditación, ejercicio físico adecuado y relaciones sociales positivas.

Con información de la OMS.

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