Alzheimer: Expertos de la UNAM advierten que podrían triplicarse casos para el 2050
La prevalencia del Alzheimer es de 7.3 por ciento en adultos mayores de 60 a 65 años.
La enfermedad del Alzheimer es multifactorial, porque también influye el estilo de vida y la presencia de comorbilidades. | Pixabay.
Expertos de la Facultad de Medicina de la UNAM indicaron que a pesar que hubo una aprobación de un fármaco por la FDA para las fases tempranas del Alzheimer, esto no representa el fin del padecimiento sino el principio para desarrollar nuevos fármacos.
Alertaron que existen de 40 a 50 millones de casos de demencias a escala mundial, pero estos podrían triplicar para el año 2050. 35 millones de casos de la enfermedad de Alzheimer actuales aumentarán por tres.
En México, dijo María del Carmen Cárdenas Aguayo, se calcula que hay un millón de casos pero probablemente puedan ser más ante una falta de reporte.
“Hay que ver qué cambios en el estilo de vida, en la alimentación, se han dado y que están favoreciendo su incidencia. En nuestro país, por ejemplo, tenemos una epidemia de diabetes y obesidad, que son factores para desarrollar ese tipo de demencia”, agregó.
La opinión de otro experto sobre el Alzheimer
José Luis Delgado Reyes añadió que a mayor edad lamentablemente hay más probabilidades de desarrollarla. En pacientes de 80 años es de 30 por ciento y “si hay factores genéticos, es decir, un familiar de primer grado con el padecimiento aumenta de dos a cuatro veces la posibilidad de presentarla”.
La enfermedad del Alzheimer es multifactorial, porque también influye el estilo de vida y la presencia de comorbilidades. La alimentación y ciclos de vigilia y sueño adecuados, ejercicio y manejo del estrés, ayudan a tener un cerebro más sano, según el especialista.
Durante la enfermedad, prosiguió José Luis Delgado, se pierden cantidades de neuronas; unas de las primeras son las del hipocampo, por eso el paciente tiene como síntoma principal trastornos de memoria.
Tratamiento aprobado por la FDA
Sobre el Aduhelm dice que este va dirigido a las placas neuríticas. “Es la primera vez que un fármaco no sirve sólo para los síntomas, sino que podría modificar el desarrollo de la enfermedad, tratando de intervenir en sus fases de desarrollo”.
Aclaró el especialista que esto se basa en una hipótesis que todavía está en fase de prueba. “Los agregados de amiloide-beta podrían dar lugar a placas que producen inflamación que degenera a las neuronas vecinas y causa pérdida sináptica y de capacidad cognitiva”, indicó Reyes.
Entre tanto, Cárdenas Aguayo expresó que los estudios demuestran que los cúmulos de amiloide-beta no correlacionan con el deterioro cognitivo, pero las marañas neurofibrilares sí.
“En este caso, se requiere una fase cuatro de desarrollo del fármaco donde se demuestre que hay un beneficio hacia la capacidad cognitiva; de no ser así la FDA se podría reservar el derecho de revertir su aprobación”.
Además, los resultados deben publicarse en revistas revisadas por pares porque al momento no se ha distribuido la información. “Se tendrá que demostrar científicamente su eficacia”, reiteró Cárdenas Aguayo.
Por ello, planteó que las terapias deben estar dirigidas a disminuir los agregados de proteína tau y no tanto de amiloide-beta. “Ese debe ser el blanco terapéutico; ello daría una mejor posibilidad de tratamiento, de una terapia modificadora del progreso de la enfermedad mucho más efectiva”.
Con información de la UNAM.
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