El humor puede ser un gran aliado para la longevidad, coinciden expertos
Al reír "interviene la dopamina, conocida como hormona de la felicidad, que acciona el sistema de recompensa estimulando el interruptor central, llamado núcleo accumbens, el cual una vez activado, envía señales de felicidad a la corteza prefrontal.
La mayor activación cerebral femenina en la región prefrontal sugiere que usa más la memoria a corto plazo en el procesamiento de la coherencia, el giro mental, la abstracción verbal, la atención autodirigida y el análisis de lo relevante. | Pixabay
Las personas que contrarrestan la tensión nerviosa recurriendo al sentido del humor, poseen unas defensas orgánicas más fuertes, sufren menos enfermedades y, además, su umbral de dolor es mayor.
“Tener sentido del humor no es reírse mucho ni por todo, sino aprender a percibir la vida desde ópticas más alegres y más felices", señala el sicólogo José Elías, pionero de la risoterapia en el mundo de habla hispana.
El humor y la felicidad se asocian con llevarse bien con uno mismo y el entorno, para lo cual importan, sobre todo, el sentido de la vida y las relaciones con los demás. Si uno puede reírse de los impedimentos para ser feliz, es que los puede superar", señala Natalia López Moratalla, catedrática de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Navarra (España).
Según los datos de estos investigadores, la gente que contrarresta el estrés con el sentido del humor tienen un sistema inmunitario (defensas orgánicas) sano, padece un 40% menos de infartos de miocardio o apoplejías, sufre menos dolor en los tratamientos dentales y vive cuatro años y medio más. “Por ello es recomendable reírse, al menos, durante 15 minutos al día", señalan.
Ellas y ellos ríen diferente
“En general, la mujer emplea más áreas cerebrales e integra más lo emocional que el varón en los diversos procesos, incluidos los cognitivos. La mayor activación cerebral femenina en la región prefrontal sugiere que usa más la memoria a corto plazo en el procesamiento de la coherencia, el giro mental, la abstracción verbal, la atención autodirigida y el análisis de lo relevante", señala la doctora López Moratalla.
Para explicar qué ocurre en el cerebro desde que nos cuentan un chiste hasta que nos reímos, la experta señala que "primero empleamos áreas de la corteza cerebral para procesar palabras y darnos cuenta de que lo escuchado o leído no tiene sentido. Después, utilizamos la zona que procesa los sentimientos, donde lo absurdo o lo gracioso genera una emoción placentera".
En este proceso "interviene la dopamina, conocida como hormona de la felicidad, que acciona el sistema de recompensa estimulando el interruptor central, llamado núcleo accumbens, el cual una vez activado, envía señales de felicidad a la corteza prefrontal. Finalmente, el sistema cerebral de recompensa y placer genera una reacción eufórica, la carcajada, desde la tercera capa del cerebro", indica la neurobióloga de la UN.
Por su parte, el sicólogo José Elías, pionero de la risoterapia en el mundo de habla hispana, señala que “tener sentido del humor no es reírse mucho ni por todo, sino aprender a percibir la vida desde ópticas más alegres y más felices”.
Según Elías, los estudios más recientes demuestran que la risa ahuyenta las enfermedades y prolonga la vida, mientras que la tristeza y la depresión son la escotilla moral por la cual se desliza un maremoto de virus y bacterias, fomentando enfermedades.
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