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Bienestar y Belleza

Conoce las cinco infecciones más frecuentes durante la temporada de piscinas

Expertos explican cuáles son y comparten consejos para prevenirlas. 

Comunicado

Las piscinas son lugares que pueden propiciar la aparición de infecciones.(Unsplash)

Las piscinas son lugares que pueden propiciar la aparición de infecciones. | Unsplash

La humedad y las altas temperaturas del verano crean el clima perfecto para la proliferación de todo tipo de patógenos. 

Expertos de DosFarma explican que la humedad es especialmente alta en uno de los lugares más concurridos del verano: La piscina.

Por lo tanto, especialistas de la farmacia online española detallan que es importante conocer cuáles son las infecciones más frecuentes durante esta temporada. 

Al caminar descalzo en una alberca pública se puede contraer una infección en los pies. Foto: Unsplash

LAS CINCO INFECCIONES MÁS HABITUALES EN NADADORES

  • Cistitis

Es una infección que afecta a la vejiga y que se produce por la acumulación de bacterias en el tracto urinario. El microorganismo que más suele provocarla es la Escherichia coli o E.coli.

Aunque puede darse también en hombres, es más frecuente en mujeres, especialmente entre las jóvenes.

Las infecciones en el tracto urinario son muy habituales durante todo el año, sin embargo, en verano pueden aumentar. Los cambios bruscos de temperatura, un bajo nivel de hidratación o estar mucho tiempo con el bañador mojado también hace que aparezca.

Sus síntomas más comunes son orinar con mucha frecuencia y tener ganas constantemente, dolor o escozor al orinar e incluso la presencia de sangre en la orina. En algunos casos, también aparece fiebre.

  • Candidiasis

Se trata de una infección producida por hongos vaginales. Es bastante común, pues 3 de cada 4 mujeres la han sufrido en algún momento de su vida. La originan distintos tipos de hongos, aunque los más frecuentes son los del género Candida.

Son hongos que están presentes en la vagina de forma natural y ciertas bacterias los mantienen controlados; pero si se desequilibran los niveles de dichas bacterias, los hongos crecen de forma excesiva.

En verano, es más habitual por el uso de los bañadores. Si estás demasiado tiempo con el bañador mojado, se alterará el equilibrio entre los hongos y las bacterias de la vagina y aparecerá la infección.

La candidiasis produce picazón o irritación en la vagina, sensación de ardor al orinar o durante las relaciones sexuales, dolor o inflamación de la vagina y secreciones espesas y blanquecinas.

  • Pie de atleta

La humedad y el calor de las piscinas en verano son el entorno perfecto para que proliferen las infecciones por hongos en la piel. La más frecuente es el pie de atleta, causada por lo general por los hongos Trichophyton, y que afecta sobre todo a la piel de entre los dedos del pie debido a la acumulación de humedad.

Proliferan más en verano no solo porque sudamos más, sino también por caminar descalzos por la piscina o las duchas públicas.

El pie de atleta provoca picor, enrojecimiento, grietas en la piel y sudor excesivo. En algunos casos, aparecen también pequeñas ampollas o piel escamosa. Si no se trata correctamente, puede derivar en onicomicosis, una infección de hongos que afecta a las uñas y que les cambia el color o la forma.

  • Conjuntivitis

Es una inflamación de la conjuntiva, una membrana transparente que recubre el párpado y el globo ocular. Su causa más frecuente es una infección producida por una bacteria o un virus. Si te tocas los ojos con las manos al salir de la piscina, puedes transmitir los patógenos del agua directamente al ojo.

La conjuntivitis también puede deberse a una irritación. Por ejemplo, el cloro del agua puede inflamar la conjuntiva.

Sus síntomas incluyen ojo rojo, escozor y picazón, sensación arenosa, lagrimeo... En el caso de ser una irritación, puede eliminarse limpiando el ojo con suero fisiológico. En cambio, si es por una infección, es necesario acudir al oculista.

  • Otitis externa

Consiste en la inflamación del canal auditivo externo y es causada, por lo general, por una infección. Las más habituales son las producidas por las bacterias Pseudomonas. Son especialmente frecuentes en los niños, ya que sus conductos auditivos son más cortos y se obstruyen más fácilmente.

Es bastante común en verano debido a la humedad y al agua, que entra en el oído, lo irrita y deja patógenos dentro del conducto auditivo. También puede producirse por otros motivos, como alergias, eccemas o por usar los bastoncillos de algodón.

Esto se debe a que los bastoncillos pueden provocar irritaciones en la piel del conducto auditivo, desde las que podrán entrar los microorganismos. Además, el bastoncillo empuja la cera hacia la parte más profunda del conducto y, al acumularse, almacena la humedad y favorece la aparición de microbios.

La otitis externa produce dolor agudo en el oído y el conducto se inflama y enrojece. Aparecen secreciones de líquido de color claro. Si no se trata o se propaga, el dolor aumentará, las secreciones serán más espesas y amarillentas y el canal auditivo puede llegar a bloquearse, lo que afectará a la audición temporalmente.

Algunos cuidados pueden ayudar a prevenir infecciones. Foto: Unsplash

PREVENCIÓN

No hace falta renunciar a un chapuzón para prevenir todas estas enfermedades. Los expertos de DosFarma han recopilado algunos sencillos consejos que puedes aplicar en tu rutina este verano y te resultarán útiles para prevenirlas.

  • No te quedes con el bañador mojado. Así evitarás que aparezcan patógenos que causen enfermedades con candidiasis y cistitis. 
  • Cuida tu hidratación. La deshidratación es un factor de riesgo para la cistitis, por lo que nunca debe faltar agua, infusiones frías o zumos en tu bolsa para la piscina. 
  • Toma arándano rojo. Las propiedades antibacterianas de esta fruta pueden ayudar a prevenir la cistitis, además de que reforzará tus defensas y reduce el pH en la orina. 
  • Evita o limita el alcohol. Esto se debe a que las bebidas alcohólicas propician la deshidratación, un factor de riesgo de la cistitis. Además, también eleva el pH de la orina. 
  • Evita caminar descalzo. De esta manera será más difícil que entren bacterias en la piel de los pies. 
  • Mantén tu piel hidratada para evitar grietas o heridas que sirvan de entrada a hongos y bacterias. 
  • Corta las uñas de los pies. En eso de algún golpe, esto te ayudará a disminuir el riesgo de que entren hongos por la herida. 
  • No te sumergas tanto para que no entre agua en el oído y evites que lleguen patógenos al conducto auditivo. 
  • Sécate después del baño. Cuida que no quede agua en los oídos utilizando una punta limpia de la toalla e inclinando la cabeza a ambos lados para que salga todo el líquido.
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