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Bienestar y Belleza

Cafeína, ¿en qué casos se debe limitar o evitar su consumo?

La cafeína se puede encontrar naturalmente en algunos ingredientes y también de manera sintética, es decir, la que se agrega a bebidas, medicamentos, entre otros. 

Mundo Sano

La cafeína puede brindar algunos beneficios, sin embargo, también se debe tener cuidado con su consumo.(Pixabay)

La cafeína puede brindar algunos beneficios, sin embargo, también se debe tener cuidado con su consumo. | Pixabay

La cafeína es una sustancia amarga que se puede encontrar naturalmente en más de 60 plantas, como son los granos de café, hojas de té, cacao. 

La Biblioteca Nacional de Medicina de EU explica que también existe la cafeína sintética, la cual se agrega a algunos medicamentos, alimentos y bebidas. 

La mayoría de la cafeína que consumen las personas proviene de las bebidas. Las cantidades de cafeína en diferentes bebidas pueden variar mucho, pero generalmente contienen:

Una taza de café de ocho onzas: 95-200 mg
Una lata de bebida cola de 12 onzas: 35-45 mg
Una bebida energética de ocho onzas: 70-100 mg
Una taza de té de ocho onzas: 14-60 mg

¿Qué le pasa a tu cuerpo con la cafeína?

La cafeína suele ser consumida para "despertar" y mantenerse activo, sin embargo, puede tener muchos otros efectos en el cuerpo, como son:

  • Brinda efecto diurético
  • Aumenta liberación de ácido en el estómago
  • Puede llegar a interferir con la absorción de calcio en el cuerpo
  • Aumenta la presión arterial

Cabe mencionar, que este ingrediente alcanza su nivel máximo en la sangre dentro de una hora después de consumirla y sentir sus efectos de entre 4 a 6 horas después. 

¿En qué casos se debe limitar o evitar su consumo?

La Biblioteca Nacional de Medicina comparte los siguientes casos:

  • Embarazo: La cafeína puede pasar a través de la placente al bebé
  • Lactancia: Incluso en pequeñas cantidades puede pasar al bebé. Lo recomendable es preguntar a un especialista
  • Tienes problemas de sueño
  • Sufres de migraña o dolores de cabeza crónicos
  • Padeces ansiedad
  • Tienes reflujo gastroesofágico o úlcera
  • Tienes presión arterial alta
  • Haces uso de medicamentos para el asma o el corazón
  • Niños o adolescentes
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