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Alimentación

¿Quieres cambiar tus hábitos alimenticios? Esto es lo que debes reaprender

Aunque pueda parecer que cada vez es más complicado comer de una forma saludable, realmente no lo es. 

Ricardo Segura/ EFE Reportajes

Una buena alimentación puede ayudarte a prevenir muchas enfermedades.(Pixabay)

Una buena alimentación puede ayudarte a prevenir muchas enfermedades. | Pixabay

¿Estás preocupado por su alimentación y te resulta prioritario preservar tu buena salud? ¿Quieres cambiar tus hábitos alimenticios y no sabes por dónde empezar? ¿Te gustaría identificar los productos saludables del supermercado?

Para la doctora Miriam Ruiz, médico internista y especialista en dietética y nutrición, “aunque puede parecer que cada vez resulta más complicado comer de una forma saludable, realmente no lo es”, y una de las claves para conseguirlo consiste en aprender a distinguir los alimentos reales, que nos hacen “ganar en salud con cada bocado”, de los ultraprocesados, los cuales conviene evitar.

Su cuenta de Instagram tiene miles de seguidores que aprenden a mejorar sus hábitos de alimentación de forma fácil y sin dietas. Además, la doctora Ruiz ha creado Edyal, una plataforma de formación online para aprender a comer de manera saludable, fiable, económica y apta para todos los públicos.

Para  reaprender a comer hay que empezar de cero,ir al origen, a la base de una buena alimentación: los alimentos reales. FOTO IMEO

“Hemos oído y leído mucho sobre lo que debemos comer para tener una buena salud o perder peso: Desde las pirámides nutricionales de los libros de texto hasta las publicaciones de “influencers” en redes sociales, pasando por los consejos del médico, el nutricionista del gimnasio,  el herbolario, las revistas de moda, las noticias de la tele o una vecina”, señala.   

ALIMENTOS COMPLETOS Y SIN CAMBIOS

Para  reaprender a comer “hay que empezar de cero. Dejar a un lado tanto consejo confuso, tanta información contradictoria. Hay que ir al origen, a la base de una buena alimentación: Los alimentos reales”, enfatiza la doctora Ruiz.

Son fáciles de distinguir, porque carecen de lista de ingredientes. Hablamos fundamentalmente de materias primas, como son:

  • Frutas
  • Verduras
  • Legumbres
  • Frutos secos
  • Semillas
  • Tubérculos
  • Carnes
  • Pescados
  • Huevos

Se trata de alimentos completos que apenas han sufrido cambios desde su origen hasta que los compramos. La mayoría son productos frescos, por lo tanto perecederos en un corto plazo y, en general, no llevan ‘listado de ingredientes’ porque ellos mismos son el único ingrediente de ese alimento”.

Añade que “también podemos considerar como ‘alimentos reales’ aquellos que han sufrido un procesamiento mínimo sobre todo con el objetivo de facilitar su uso a los consumidores o prolongar la vida útil del producto”, como por ejemplo mediante la fermentación, la maduración, la congelación, la pasteurización o su puesta en conserva. 

“A este tipo de productos los consideramos ‘buenos procesados’, porque su procesamiento no ha alterado la calidad nutricional del alimento, no ha añadido ingredientes poco saludables ni ha generado en él componentes perjudiciales para la salud”, explica. 

“Todos estos alimentos conservan prácticamente intactos sus nutrientes, propiedades y efectos para la salud”, enfatiza.

LISTAS INTERMINABLES DE INGREDIENTES

Por otro lado, están los productos ultraprocesados, “los cuales no son alimentos completos, sino mezclas de ingredientes, la mayoría de los cuales son poco recomendables, como el azúcar, las harinas, los aceites refinados o algunos aditivos”, según precisa. 

Las materias primas de las que proceden estos alimentos han sufrido tantas transformaciones y procesamientos por el camino que se han ido perdiendo sus nutrientes o se han generado sustancias perjudiciales, de acuerdo a Ruiz. 

“Estos ultraprocesados suelen ir envasados y llevan largas listas de ingredientes en sus etiquetas, muchos de ellos incluso resultan difíciles de pronunciar”, indica. 

Según los nutricionistas, "aunque puede parecer que cada vez resulta más complicado comer de una forma saludable, realmente no lo es”. FOTO IMEO

“También es habitual que se presenten con reclamos comerciales para hacer que parezcan más saludables (sin azúcar, sin gluten, sin lactosa, sin grasa, 0%, zero, 0,0%, con vitaminas, con minerales, con omega 3…), pero no son una buen alternativa para nuestra dieta, por mucho que digan sus reclamos”, opina. 

“De hecho, algunos de estos productos pueden tener efectos negativos para la salud a muchos niveles. Su consumo ha sido relacionado con problemas digestivos, enfermedades metabólicas, obesidad y con alteraciones de la conducta alimentaria, entre otros”, según está médica.

La manera más práctica y sencilla de diferenciar los alimentos reales de los productos ultraprocesados, en la vida diaria es basándonos en sus ingredientes, explica Ruiz, autora de ‘Alimenta tu salud con comida real. Una guía práctica para nutrir tu cuerpo sin procesados’.

“Cuanto menos ingredientes tenga en el listado de su etiqueta, más "real" es un alimento. Y si no lleva listado de ingredientes (como un tomate de la frutería o un bacalao de la pescadería que no necesitan etiqueta), ¡mejor aún!”, destaca.

“Luego, como siempre, existen excepciones y matizaciones. Pero, para empezar, este sería un modo simple e intuitivo de diferenciar un tipo de alimentos de otros”, señala.

CLAVES PARA GANAR SALUD CON CADA BOCADO

La doctora Ruiz señala que llevar una alimentación saludable es tan sencillo que se puede resumir en tres puntos:

  1. Basarse en alimentos reales y ser variada en este tipo de alimentos. 
  2. Evitar productos ultraprocesados y los procesados poco saludables
  3. Dar el mayor protagonismo a las verduras.

De entre los “alimentos reales”, las verduras tienen que ser ‘las reinas de alimentación’, comprándolas frescas (siempre que se pueda) o mínimamente procesadas cuando la falta de tiempo nos obligue (bolsas de ensalada, de brócoli o coliflor para hacer al microondas, en conserva, congeladas, gazpacho envasado y algunas cremas de verduras) ejemplifica. 

Pero, ¡ojo, las verduras procesadas no deben sustituir a las frescas de forma habitual!, advierte.
 

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