¿Qué enfermedades podría ayudar a prevenir el consumo de pescado?
También te compartimos algunas recomendaciones para aprender a identificar si estás consumiendo pescado fresco.
La Organización Mundial de la Salud ha señalado en reiteradas ocasiones la importancia de una alimentación saludable que incluya alimentos de todos los grupos, pues de esta forma podemos proteger a nuestro cuerpo de enfermedades no transmisibles como son la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
Por su parte, la Fundación Española del Corazón (FEC) destaca que un plan alimenticio saludable tiene varios protagonistas como las frutas, verduras, legumbres, frutos secos, cereales integrales y también pescados, estos últimos son esenciales para cuidar la salud cardiovascular.
Beneficios
La FEC menciona que entre las propiedades del pescado se encuentran:
- Aporta entre un 18-20% de proteínas de valor biológico
- Gran fuente de vitaminas del grupo B
- Aportan vitaminas liposolubles A y D
- Ricos en minerales como yodo, fósforo, potasio, magnesio y calcio
- Aporte de ácidos grasos saturados y omega 6
- Aporte de ácidos grasos insaturados omega 3 y oleico
- Pocas calorías según la forma de cocinarlo
Esta última de sus propiedades es la que brinda beneficios en relación con la salud cardiovascular, pues los diferentes tipos de grasas dependen de ácidos grasos que la componen, señala la Fundación Española del Corazón.
Niveles de colesterol
Respecto a los ácidos grasos omega 3, estos son los que se encargan de estabilizar el metabolismo de las grasas gracias a que disminuyen el nivel de colesterol LDL, conocido como colesterol "malo", al mismo tiempo que aumenta los niveles de colesterol HDL, conocido como colesterol "bueno".
Según especialistas de la FEC, los ácidos grasos omega 3 contribuyen a mantener los niveles correctos de colesterol, lo que ayuda a reducir los riesgos de enfermedades cardiovasculares.
¿Pescado blanco o azul?
Esta misma fundación española destaca que los pescados azules como el arenque, la caballa, la sardina, el salmón, la truca y el atún son fuentes de mayor contenido graso que los pescados magros o blancos como el bacalao.
Lo ideal, explican, es incluir ambos tipos en un plan alimenticio y tener un consumo de entre tres y cuatro filetes individuales a la semana.
En caso de que solo sean tres porciones a la semana, es preferente que dos de ellas sean de pescados azules.
Propiedades antiinflamatorias
Un artículo publicado por el sitio de pescados y mariscos de Eroski Consumer menciona que el consumo de pescado azul puede ser de gran beneficio para aliviar síntomas de enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide.
De acuerdo con algunas investigaciones, una alimentación rica en ácidos grasos omega-3, principalmente EPA, y antioxidantes podría mitigar la inflamación.
Diabetes
Un estudio citado por el sitio español Eroski Consumir menciona que investigadores canadienses observaron que la prevalencia de la diabetes mellitus no dependiente de la insulina y acompañada de obesidad es más alta en países donde se consume poco el pescado que en aquellos donde forma parte de los planes alimenticios.
Esto podría significar que comer pescado de manera habitual ayudaría a prevenir esta enfermedad.
Aliado contra el cáncer
Aunque es necesaria una investigación más amplia, algunos estudios parecen relacionar el consumo de ácidos grasos omega 3 con un menor riesgo de padecer algunos tipos de cáncer como el de mama, páncreas, colon y próstata.
¿Cómo saber si es pescado fresco?
Para saber si el pescado que vamos a comprar para consumir está fresco, los especialistas aconsejan que nos fijemos en estas características básicas:
- Si tiene los ojos claros y brillantes
- Si luce limpio y vivo
- Si las agallas son rojas, brillantes y no tienen mucosidad
- Tienen escamas tornasoladas
- Carne firme
- Si huele a mar y algas
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