Salud de tus riñones depende de lo que comes; recomendaciones para evitar complicaciones
Necesitas cambiar lo que comes si tienes problemas en los riñones. A continuación compartimos algunos consejos.
Los riñones son aproximadamente del tamaño de un puño. Se ubican debajo de la caja torácica (costillas), uno a cada lado de la columna vertebral. | Pixabay.
Los riñones son aproximadamente del tamaño de un puño. Se ubican debajo de la caja torácica (costillas), uno a cada lado de la columna vertebral. Cuando están sanos filtran alrededor de media taza de sangre por minuto.
Si tiene insuficiencia renal es porque menos del 15 por ciento del riñón funciona normalmente. Puedes comenzar a sentir síntomas por la acumulación de toxinas y exceso de agua en el organismo.
Cuando tienes problemas en tus riñones, debes cambiar lo que comes para controlarla. Es importante que sepas que lo principal que debes empezar a reducir es el consumo de sodio porque se añade a muchos alimentos preparados o empacados.
Lo mejor es cocinar los alimentos y esto permitirá controlar lo que le pone a cada plato.
Pruebe las versiones bajas en sodio de las comidas congeladas y otros alimentos fáciles de preparar.
Coma porciones pequeñas de alimentos proteicos: La mayor cantidad de proteína se encuentra en aquellos de origen animal como pollo, pescado, carne, huevos, lácteos.
Tome alcohol solo moderadamente: No más de una bebida diaria si es mujer y no más de dos si es hombre. Si se ingiere mucho puede dañar el hígado, el corazón y el cerebro y producir problemas graves de salud.
Escoja alimentos y bebidas con menos fósforo: Cuando se padece de enfermedad de los riñones, el fósforo tiende a acumularse en la sangre por eso hay que evitarlo. Los niveles elevados de fósforo en la sangre también producen picazón y dolor en los huesos y articulaciones.
Escoja alimentos con la cantidad correcta de potasio: Cuando los niveles de potasio en la sangre están muy altos o muy bajos pueden aparecer problemas. Los riñones dañados permiten que el potasio se acumule en la sangre, lo cual puede ocasionar problemas cardíacos graves.
Con información de NIH.
Comentarios